6 pasos para convertirse en un buen nadador y sacarle provecho a este ejercicio

Si está aprendiendo a nadar o tiene conocimientos básicos y desea sacarle el máximo beneficio a este elogiado deporte, es preciso que empiece junto con un instructor a fusionar el trabajo técnico con el mental, así lo aseguraron expertos en el tema.

A continuación, le compartimos 6 pasos básicos para lograr este cometido y mejorar el aprendizaje en este deporte.

El experto en aguas abiertas y director de la Swim Academy homónima, Kurt Niehaus, indicó que si la persona tiene la inquietud de aprender, lo primero es buscar un instructor o profesor que sea capaz de brindarle una base sólida sobre los fundamentos de la natación. "Encontrar una guía es importantísimo". Una vez realizada la selección, entramos en el proceso.

1. Perder el miedo

Un denominador común en las personas que desean iniciarse en este deporte es el miedo. Por lo tanto, la primera recomendación es aceptar que existe cierta resistencia al agua y, después, hablarlo previamente con su instructor. Si esta condición se da porque tuvo una mala experiencia de pequeño o se trata de una fijación, no importa, lo esencial es comunicarlo.

"Está bien tener miedo. Lo que si tenemos que hacer es tomar un paso adicional y lograr trabajar para vencerlo. Aquí es donde el instructor tiene una parte importante porque tiene que ocuparse de la parte mental, al mismo tiempo que trabaja la parte biomecánica", precisó el nadador.

2. Constancia

Otros de los aspectos en los que el nadador tiene que trabajar es el concepto de disciplina y constancia, ya que para la natación, el compromiso con el aprendizaje es muy significativo.

De acuerdo con Niehaus, "el agua es un poco celosa" porque si uno falta muchas veces, uno vuelve otra vez atrás. Entonces hay que estar allí constantemente, aunque uno sienta que no se está avanzando.

3. La respiración

Una buena técnica de respiración es esencial para una nadador y muchas veces no se realiza de manera adecuada por muchas razones, entre ellas la ansiedad que genera estar bajo el agua o la falta de coordinación.

Para el instructor, la natación se asemeja al yoga en el punto de la respiración, ya que es necesario relajarse para tener conciencia de ello y hacerlo apropiadamente. La técnica justa dicta que la inhalación se hace fuera del agua; mientras que la exhalación, dentro.

4. Corregir la brazada de estilo libre

El deportista y entrenador precisó que hace 20 años, el estilo libre o crawl indicaba que el brazo entrara al agua más cerca de la cabeza, generando un efecto de brazos cruzados o brazada estrecha. Actualmente, es diferente. La brazada libre es más eficiente, por ello se pide abrir un poco más las extremidades, de manera que entren en dirección o frente a los hombros.

"Es una brazada un poco más abierta y eso genera que la cadera no tenga un movimiento lateral, sino que se trata de un movimiento más hacia arriba y hacia abajo", explicó Niehaus, quien agregó que son detalles "fáciles de corregir, pero que requieren bastante constancia".

5. Cuando se trata de brazadas: menos es más

Una escena recurrente en las piscinas es ver al nadador principiante haciendo muchas brazadas con el objetivo mejorar su técnica o rendimiento. Error. Dar tantas brazadas únicamente genera desgaste, lo ideal es estirar al máximo los brazos con cada movimiento, "la natación es nadar con el agua, no en contra de ella".

"Cada brazada tiene que ser lo más eficiente posible, el objetivo es desplazar el cuerpo hacia adelante", acotó el entrenador Niehaus.

6. Disfrutar

Otro aspecto indispensable es aprovechar la diversión y el bienestar que genera este deporte, así como ponerse retos pequeños en cada sesión que le permitan ponerse a prueba, eso si, de manera paulatina.

Algunas ejemplos de estas mini metas son: si está empezando a nadar, terminar una media piscina haciendo la patada de libre; si está más avanzando, podría hacer una piscina respirando cada tres brazadas o bajar el número de 20 a 18 brazadas para mejorar su desempeño dentro el agua.