​Alta demanda de aguaje pone en peligro la fruta emblema de Amazonia peruana

​En la Amazonia el aguaje se consume en refrescos y helados y la fruta también se está industrializando en envases

AFP

12/09/15 | 08:10am

Por siglos, el aguaje o burití ha sido una fruta consumida en la selva de Perú. Pero el crecimiento poblacional y una mayor demanda fuera de la Amazonia hacen peligrar su existencia en el territorio, afectando a todo un ecosistema.

Según han advertido investigadores peruanos, en la última década se ha incrementado la deforestación de aguajales, como se conocen los bosques de palmeras de las que se extrae la fruta y que crecen en los humedales.

La venta del aguaje a mercados como el de Lima, donde se lo puede hallar en helados, pasteles, cócteles, harina y en la cocina gourmet, e incluso en la industria cosmética, aumentó el número de extractores que están destruyendo los bosques por el fruto, según un informe del estatal Instituto de Investigación de la Amazonia Peruana (IIAP).

"En la Amazonia hay siete millones de hectáreas de bosques de aguajales y la investigación revela que unas 800.000 han sido deforestadas por la tala indiscriminada de la palmera para extraer el fruto que crece en la cima", dijo Luis Campos Baca, director del IIAP.

El aguaje, que toma el nombre de la palmera en que crece (Mauritia flexuosa), es una fruta ovalada de 6 cm de largo por cinco de ancho. Su cáscara es color vinotinto y tiene una pulpa carnosa amarilla. Es rica en calorías, proteínas, aceites, carbohidratos, vitaminas A y C. Crece en palmeras de 20 a 35 metros de alto.

Por cada hectárea de aguajal, se pueden encontrar entre 60 a 240 palmeras colmadas de frutos en la cima. Su presencia es amplia en Ecuador, Bolivia, Brasil, Colombia, Guyanas, Venezuela, Surinam, Trinidad y Tobago y Perú, que ahora lo ve peligrar.

Los primeros afectados con la deforestación de aguajales son las comunidades nativas que se alimentan de especies de esos bosques húmedos y usan las palmeras para construir sus viviendas. La destrucción de aguajales afectaría también uno de los alimentos tradicionales de la población de la selva peruana, el suri (también conocido como chontacuro o mojojoy), un gusano que crece en la pulpa del tronco seco y viejo del aguajal y que se consume frito.

También corren peligro el caimán negro, la anaconda –el ofidio más grande de la Amazonia– el jaguar, el tapir amazónico, los cerdos de monte (sajino y huangana), lechuzas, guacamayos y el pez de agua dulce carachama.

La etnia yagua en Loreto llama al aguajal "la madre de la floresta" o el "árbol de la vida" y lo considera símbolo de la inmortalidad.

(Fotos de j6p6k6 y CIFOR bajo licencia Creative Commons)

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