En cuatro meses MEP debe crear reglamento que permita integrar a personas con discapacidad

A través de un reglamento que deberá emitir en un plazo de cuatro meses, el Ministerio de Educación Pública (MEP) debe garantizar de forma equitativa las condiciones de ingreso y permanencia de estudiantes con discapacidad en los centros educativos públicos y privados del país.

Así lo determinó la Sala Constitucional este miércoles, luego de que declarar con lugar un recurso de amparo presentado contra el Colegio Monterrey, por privar a un menor de 14 años de su derecho a la educación inclusiva del sistema regular por padecer el trastorno de espectro autista.

El menor ingresó al Colegio Monterrey desde el 2012 donde se le aplicaba adecuación curricular. Sin embargo, a mediados de junio del 2016 convocaron a los padres a una reunión en la que le informaron que al menor de edad le condicionaron la matrícula hasta tanto no se le ubicara en un aula diferenciada del programa de educación especial en secundaria.

Los magistrados ordenaron al colegio restituir a estudiante y garantizarle una educación inclusiva en el sistema regular, seguir en el octavo año en el que se encuentra y aplicarle las adecuaciones curriculares, sin que sea necesario un aula diferenciada, pues esto es excluyente y el Estado debe más bien garantizar y promover la inclusión de las personas con algún grado de discapacidad a la sociedad.

"La a integración social de las personas con discapacidad, debe ser un objetivo prioritario del Estado que tiene la obligación de adoptar los mecanismos que sean necesarios para eliminar progresivamente las barreras que limitan a las personas con discapacidad el ejercicio de su derecho a una vida independiente. Ese objetivo es de obligado cumplimiento para el Estado pues implica construir una sociedad para todas las personas, sin distinción alguna y donde puedan desarrollarse desempeñando un papel activo e independiente”, reza la resolución de la Sala.

De acuerdo con la jefa del Departamento de Educación Especial del MEP, Gilda Aguilar, la modalidad de aula diferenciada ya ha venido transformándose en los últimos años acorde a las tendencias educativas y bajo una perspectiva de derecho de los estudiantes con discapacidad, por lo que hoy día se ofrece un servicio de apoyo en la mayoría de los centros educativos.

Este servicio propone desde años atrás a un docente de educación especial en cada centro educativo para que contribuya en el proceso de inclusión para el alumno y el profesor regular, para que este pueda ajustar la evaluación y dinamizar la propuesta educativa y su mediación pedagógica con el fin de que sea favorable para todos los estudiantes.

"La Sala viene a confirmar lo que ya se había dicho desde la ley 7.600 (...) de que tanto los centros públicos como los privados deben tener un comité de apoyo, tienen que hacer los ajustes pertinentes para que los estudiantes con discapacidades estén ahí, y creo que la Sala viene también a reafirmar el derecho de los estudiantes con discapacidad de estar en una educación regular", indicó la funcionaria.

Las aulas integradas se crearon bajo la corriente de integración educativa de los años 70, específicamente en 1974, con la finalidad de que los estudiantes que estuvieran en centros de educación especial pudieran ir a la escuela de su comunidad; sin embargo, bajo un enfoque centrado en la integración, la cual suponía educar a los estudiantes con y sin discapacidades en el mismo lugar, más no de la misma manera.

Este programa posee un plan de estudios específico sin asignaturas y admite a los alumnos con discapacidades de entre 7 y 14 años. El mismo se divide en dos ciclos durante la primaria: el primero va desde los siete a los diez años, y el segundo hasta los 14 años. En las aulas integradas la aprobación de un ciclo se da por edad y no por notas.

Una vez superados estos ciclos, los estudiantes tienen la posibilidad de integrarse a un tercero, de secundaria, donde el estudiante afronta las asignaturas básicas con un complemento técnico. Va desde el sétimo al onceavo año con su respectiva evaluación cualitativa y cuantitativa.

"¿Que fue lo que pasó con las aulas integradas? Estas se abrieron para traer estudiantes de centros de educación especial y lo que pasó en algún momento es que se perdió el sentido por estudiantes que ya estaban en la escuela regular y que podían haber seguido el proceso con una adecuación curricular significativa y que terminaron en un aula integrada", explicó Aguilar.

Aguilar expresó que en el caso particular del estudiante del colegio Monterrey, este cumplía con una educación regular con apoyos de adecuación curricular significativa que posteriormente hizo una combinación inexistente al incluirlo en un aula integrada.