Don Wenceslao de la A. es artista de la rotulación, expresión creativa reunida en el libro recién publicado "Grafitica"
20/06/15 | 12:55pm
Hace 42 años Don Salomón Wenceslao de la A. Anzoateui vino de Guayaquil, Ecuador, a Costa Rica con su vocación y talento nato de pintar imágenes y letras en las paredes -y demás superficies imaginables- de negocios que le contratasen para ayudarles a mostrar y vender sus productos. Como en un bazar.
Hacía y hace rótulos, anuncios trazados a mano; lo que algunos llamarían publicidad gráfica “artesanal”.
De 68 años, moreno, delgado, de anteojos rectangulares en los que el reflejo del día y de la calle esconden sus pequeños y almendrados ojos café oscuro, creaba en la década de los setenta rótulos gigantes de automóviles.
Ahora en pleno siglo XXI y con la misma técnica y materiales, devoción y entrega, dibuja objetos como baterías de carro en formatos más pequeños.
Con una agilidad de saltimanqui, Don Wenceslao se sube al andamio desde donde se apoya para darle los últimos retoques a la batería que reproduce con detalle en una pared de una tienda de tan indispensable pieza automotor.
Él dice que le gusta mucho la profesión, es más, -para hacer honor a la verdad-, dice que la ama y que siente tristeza cuando no lo contratan; todo por culpa de la era tecnológica y la advenediza impresión digital.
Con precisión nostálgica, don Wenceslao recuerda que de 1972 (año en que arribó a tierras ticas) a 1986 estuvo en pleno apogeo el arte de rotular, cuando se pintaban vallas y murales con aerógrafo, brochas y pincel.
El artista gráfico no puede dejar de hacer la comparación con la desleal impresión digital y asegura que dibujar con pintura es más rápido y que el material es más resistente a las inclemencias de la intemperie. “Yo le doy la garantía”.
Con facilidad de gran conocedor y buen maestro explica que para crear sus obras utiliza una cuadrícula a escala con la cual logra las proporciones de los objetos y un molde para las tipografías o estilos de letras recomendadas por el “libro de marca” de los variopintos negocios que le solicitan sus servicios de rotulista prolijo.
Don Wenscslao afirma que toda su vida se va a dedicar al arte de rotular, y que espera que su legado quede en su nieto de 23 años, quien sigue sus trazos de pintor en la Casa del Artista. Y a pesar de calificar sus oportunidades actuales de empleo como “muy duras”, agrega que hay gente que “le gusta el arte donde estoy yo, y no cobro caro”.
Don Wensceslao es uno de los 89 rotulistas nacionales identificados por Sussy Vargas y Carolina Goodfellow, artistas visuales que llevan acumulados muchos años en la investigación del arte gráfico popular costarricense, así como de otros países americanos.
Luego de haber recorrido –literalmente- todo el territorio nacional en busca de estos artistas y tomarle fotografías a más de 9.200 imágenes-rótulos, Vargas y Goodfellow editaron el libro “Grafitica, gráfica popular costarricense 2004-2014”, resultado de una beca otorgada por el Colegio de Costa Rica del Ministerio de Cultura y Juventud en el 2013.
Vargas recuerda que cuando empezaron a hablar con los 21 rotulistas que pudieron contactar, les cambió la visión que tenían de ellos. De estos detectaron a dos mujeres, de las cuales solamente una, Yorleny Paniagua, lograron encontrar y entrevistar.
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