​Posibilidad de identificar ADN de violadores aumenta si víctimas evitan bañarse antes de denunciar

Querer bañarse, lavar la ropa o cambiarla han sido reconocidos como impulsos naturales de las víctimas tras un ataque sexual. Ese deseo urgente, sin embargo, reduce las probabilidades de identificar el ácido desoxirribonucleico, abreviado como ADN del agresor, un código genético que, salvo en el caso de gemelos idénticos, es único para cada ser humano.

La recomendación experta es, por tanto, evitar darse un baño, tampoco debe lavarse los dientes, las manos o cepillarse el cabello y mucho menos cambiarse de ropa.

Es precisamente en la vestimenta, en la boca, cavidades íntimas, uñas de los dedos y otras partes del cuerpo de la víctima donde el agresor deja fluidos corporales durante la violación, vitales para detectar su ADN, lo que representa una prueba vital para detenerlo, procesarlo judicialmente y condenarlo, indicó la fiscala coordinadora de Alajuela, Floribeth Rodríguez Picado.

La recolección de las muestras se hace pasando un aplicador con agua destilada en los lugares donde el ofensor tuvo contacto con la víctima, de esta labor se encarga un médico forense.

La jefa de la unidad médico legal de Cartago, la doctora Sonia Uribe, añadió que también se recomienda que la persona agredida no defeque ni orine y que, de ser posible, se coloque una toalla sanitaria que pueda retener los fluidos del ofensor.

Otro factor determinante es el tiempo, la especialista señaló que la recolección de muestras en la ofendida debe hacerse en los ocho días posteriores a la agresión, de lo contrario detectar los fluidos corporales del violador se torna casi imposible. También se han dado casos en que el agresor, para esquivar a la justicia, toma medidas para no dejar rastros, por ejemplo usa condón y evita besar, chupar o morder a la víctima. Uribe enfatizó que el hecho de no encontrar ADN no significa que no se haya cometido un crimen.

Una vez que se toman las muestras se envían al laboratorio del Departamento de Medicina Legal del Poder Judicial siguiendo una cuidadosa cadena de custodia para garantizar una manipulación adecuada. Si para ese momento ya hay un sospechoso se le puede practicar, por orden judicial, un examen para determinar si su ADN coincide con el encontrado en las muestras. Además existe la alternativa de comparar el ADN hallado con los que aparecen en el banco de datos del Sistema de Índice de ADN Combinado (CODIS, por sus siglas en inglés) que almacena información de delincuentes condenados.

Prueba y declaración

Otro elemento esencial en las denuncias de violación es la declaración de la víctima; es decir, el relato de los hechos y la descripción del ofensor y su accionar.

La violación es un delito de acción pública perseguible solo a instancia privada, por lo que para que el hecho se investigue es necesaria la denuncia de la persona ofendida, a excepción que la víctima sea menor de edad o hubiese sufrido una violación grupal.

La fiscala instó a las víctimas de este delito a denunciar y a seguir el proceso hasta que se dicte sentencia para evitar que el hecho quede impune. Recordó que existe un Protocolo Interinstitucional de Atención Integral a Víctimas de Violación Sexual, vigente desde 2014 en el país, que contempla una acompañamiento interdisciplinario e integral, cuyo norte es reducir el posible trauma o dolor provocado por las secuelas del delito.

La estrategia está diseñada para actuar en un lapso de 72 horas posteriores al ataque e incluye tratamiento antirretroviral para prevenir el VIH, al desconocerse la condición seropositiva del atacante. El plan se desarrolla actualmente en el Poder Judicial y en 13 centros médicos públicos: México, Calderón Guardial, San Juan de Dios, Hospital Nacional de Niños, San Rafael de Alajuela, Heredia, Max Peralta de Cartago. También en Liberia, Nicoya, Puntarenas, Quepos, Cartago, San Carlos y la clínica de Parrita.

Entre el 2011 y el 2015 se registraron 7.890 denuncias por violación ante el Ministerio Público; en ese periodo 589 personas fueron condenadas por ese delito.