Curanderos de muñecos

Pacos de hasta 60 años de antigüedad vuelven a la vida en la fábrica de los famosos juguetes en Tacares de Grecia

10/12/17 | 13:58pm

Apiñados esperan los pacientes a que el médico de turno pase a darles el diagnóstico. Miembros mutilados, cortadas, problemas en la piel y pérdida de ojos son parte de las urgencias que llegan a este centro hospitalario.

Cuando pasan lista todos levantan la mano pues responden al mismo nombre: Paco, los muñecos que con solo mencionarlos evocan un "ay, yo me acuerdo" en boca de más de una persona con la cabeza gobernada por las canas.

El amor que les profesan sus dueños es insuficiente para evitar que el tiempo lesione a estos bebés de mirada fija, cara regordeta y mejillas rosadas.

Sin embargo, no hay enfermedad en estos eternos recién nacidos que Pedro Murillo y su familia no pueda sanar. Además de producir nuevos, reciben antiguos para darles un segundo aire.

Aunque no es el dueño original, don Pedro vivió la época dorada de los muñecos Paco cuando trabajó en la fábrica ubicada en Escazú. Se encariñó tanto con su trabajo que cuando el propietario decidió ponerle candado al local, él le compró un cuarto de la maquinaria y se la llevó a Tacares de Grecia para continuar con la tradición.

A este taller llegan pacientes de todas partes del país y de todas las décadas. Señoras sin esperanzas salen con una sonrisa luego de darse cuenta que el mal que padecían sus hijos de plástico no era una enfermedad terminal.

La fábrica se especializa en implantar manos mordidas, en reconstruir ojos y en recuperar la calvicie de los muñecos, sin embargo, no hay padecimiento que se quede sin su adecuado tratamiento.

AmeliaRueda.com

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