Derecho prima entre candidatos presidenciales

​Abogacía es frecuente entre exmandatarios desde 1949

Maureen Ruiz Espinoza

03/12/17 | 15:52pm

La abogacía es la profesión que ha predominado entre quienes han ocupado la primera magistratura de Costa Rica desde la Constitución Política de 1949, y también la que impera entre los hoy aspirantes a la Presidencia para los comicios de 2018.

Mario Echandi, Daniel Oduber, Óscar Arias, Rafael Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez, son –de los 15 exmandatarios— los cinco graduados en Derecho en la Universidad de Costa Rica (UCR), que fue fundada en 1940.

Según el historiador Vladimir de la Cruz, esto se explica por las limitadas posibilidades de estudio con que contaban los costarricenses en el siglo XIX, y solo cuando provenían de familias con solvencia económica podían viajar a universidades del extranjero.

Costa Rica solo pudo ofrecer opciones de estudios superiores a partir de 1843, cuando se creó la Universidad Santo Tomas, que brindó entre algunas pocas carreras la de Derecho. De allí nacen varias generaciones de abogados. Luego de esto en 1940, el expresidente Rafael Ángel Calderón Guardia fundó la UCR y es en esta donde se gradúan los destacados gobernantes arriba mencionados.

Para los comicios del 2018, también se postulan al cargo ocho abogados de un total de 13 aspirantes. Estos son el liberacionista Antonio Álvarez, el aspirante del Frente Amplio Edgardo Araya; del Partido Integración Nacional, Juan Diego Castro, el de Alianza Demócrata Cristiana Mario Redondo, del Partido Accesibilidad sin Exclusión, Óscar López; del Movimiento Libertario, Otto Guevara; de la Unidad Social Cristiana, Rodolfo Piza y del partido Nueva Generación, Sergio Mena.

De los anteriores todos son graduados de la UCR, excepto el aspirante Redondo, quien es graduado de la Universidad Autónoma de Centro América (UACA), López que es egresado de la Universidad Cristiana del Sur y por último el candidato de Nueva Generación, Sergio Mena, que obtuvo su licenciatura en la Universidad Latina.

La mayoría de abogados entre quienes pretenden llegar a la silla presidencial es, en opinión del historiador, garantía de seguridad para el país, si se parte de que por su profesión estos poseen una formación jurídica y en ciencias sociales valiosa para ejercer el poder.

Entre otros aspectos positivos, De La Cruz mencionó que los abogados tienden a fortalecer los regímenes civilistas, la institucionalidad democrática, el estado de derecho y un sistema de organización social de respeto a las libertades.

La segunda profesión más frecuente entre los expresidentes es economía y, sin embargo, en esta campaña no hay ningún aspirante que ejerza esa profesión.

Para las elecciones de 2018 son los periodistas quienes ocupan el segundo lugar después de los abogados. Los candidatos del Partido Acción Ciudadana, Carlos Alvarado; de Restauración Nacional, Fabricio Alvarado; y de Renovación Costarricense, Stephanie Campos, pertenecen al área de la comunicación, específicamente periodismo.

De los anteriores candidatos mencionados, solo Campos no es graduada de la Universidad de Costa Rica, la misma obtuvo su título de bachiller en periodismo en la Universidad Latina.

Curiosamente, de previo, Costa Rica solo ha tenido un Presidente con esta profesión, Otilio Ulate, quien fue electo el 8 de febrero de 1948 y ejerció el cargo de 1949 a 1953.

“En caso de que un periodista llegara a ocupar este cargo, parte de sus obligaciones sería resguardar la libertad de pensamiento y la libertad de prensa. Además, tendría que velar porque el Estado no interfiera en el control de la prensa o de los medios de comunicación y, más bien, orientar parte de su gestión a defender y preservar estos principios”, explicó el historiador.

La Constitución Política de Costa Rica no exige a los aspirantes presidenciales tener alguna profesión. En su artículo 131, la Carta Magna especifica que un Presidente debe cumplir los siguientes tres requisitos: 1) Ser costarricense por nacimiento y ciudadano en ejercicio, 2) ser del estado seglar y 3) ser mayor de 30 años.

Es así como un costarricense puede llegar a la Primera Magistratura siendo autodidacta, como ocurrió con los ex mandatarios José (Pepe) Figueres Ferrer (periodos 1953 a 1858 y 1970 a 1974) y Luis Alberto Monge (1982-1986). Ambos pertenecieron al socialdemócrata partido Liberación Nacional.

“Ambos se hicieron rodear de personas inteligentes, capaces e idóneas que les permitieron ejercer buenos gobiernos. No es requisito tener una carrera para ser Presidente; lo importante es que la persona posea la capacidad de administrar y dirigir los destinos del país”, explicó el historiador.

Para las elecciones de 2018, aparte de los graduados en derecho y periodismo, hay también administradores y empresarios. Otro más es médico, el aspirante del partido Republicano Social Cristiana Rodolfo Hernández, quien obtuvo un doctorado en medicina y cirugía en la Universidad de Costa Rica.

Desde 1948, solo un médico ha ocupado la silla presidencial, el psiquiatra Abel Pacheco la Espriella, quien fue director del Hospital Nacional Psiquiátrico de 1973 a 1976.

A pesar de que no se exigen estudios para ocupar el cargo más alto en el Primer Poder de la República, el historiador sugiere que se debe tener conocimiento de administración y experiencia política, de modo que esto le dé un bagaje al aspirante presidencial sobre la realidad del país.

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