El aprendiz

Donald Trump, un multimillonario de 70 años de edad sin ninguna experiencia política, logró este martes convertirse -contra todos los pronósticos- en el cuadragésimo quinto Presidente de Estados Unidos de América tras liderar una incendiaria campaña política alimentada por un discurso antiinmigrante y sexista, impulsivo y corrosivo.

Trump, quien desembolsó $56 millones de fondos propios para financiar su campaña, obtuvo al menos 279 votos electorales (se necesitan un mínimo de 270 para ganar los comicios), imponiéndose a la experimentada política Hillary Clinton, senadora demócrata de su estado natal, exprimera dama, exsecretaria de Estado y a quien él mismo apodó "Hillary la Tramposa"

Lo logró a pesar de ser denunciado por varias mujeres que dijeron haber sido molestadas sexualmente por él, y de que la dirigencia del partido Republicano le dio prácticamente la espalda.

Incluso parte de su mensaje de campaña fue que el sistema electoral estadounidense podía estar viciado y los resultados sujetos a manipulación. En un debate presidencial hasta se negó a decir si reconocería los resultados. "Ya veremos", dijo.También se negó a publicar sus declaraciones de impuestos -una tradición para los candidatos a la Casa Blanca- y reconoció a regañadientes que no había pagado impuestos federales durante años, tras haber declarado una pérdida colosal de $916 millones en 1995.

"Eso me hace una persona inteligente", dijo.

Parece que al sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca lo favoreció su deliberada intención de alimentar los temores de una clase media blanca estadounidense opuesta a las minorías étnicas, enemiga de la igualdad de derechos para la diversidad sexual, pero afín a flexibilizar los controles para portar armas y a construir un muro en la frontera con México para evitar la migración indocumentada.

Ofrece soluciones simples a problemas complejos: habla de expulsar a los 11 millones de indocumentados, en su mayoría latinoamericanos. Y promete devolver empleos a Estados Unidos renegociando acuerdos comerciales internacionales. Para prevenir ataques, defiende la prohibición de entrada al país de inmigrantes provenientes de naciones con "una historia probada de terrorismo", luego de haber dicho que rechazaría a todos los musulmanes.

Para él y su seguidores, esa es la ruta de "devolver a Estados Unidos su grandeza". Trump dice que tiene un programa "fenomenal" para sus primeros 100 días.

Pocos lo creen. Durante la campaña ha demostrado ser su peor enemigo, metiendo regularmente la pata con declaraciones sensacionalistas o con tuits sorprendentemente inmaduros.

La candidatura de Trump causó pánico en los mercados mundiales, pero Wall Street cerró con una leve alza de 0,4% ante una expectativa de triunfo de Clinton.

Cuna de Oro

Donald J. Trump nació en Nueva York y es el cuarto de cinco hijos de un promotor inmobiliario neoyorquino. Temprano fue enviado a una escuela militar para intentar calmar su temperamento volcánico.

Tras estudiar negocios, se unió a la empresa familiar. Su padre lo ayudó con lo que Trump denominó "un pequeño préstamo de un millón de dólares".

Tomó el control del negocio familiar en 1971 e impuso su sello. Si su padre construía apartamentos para la clase media, él prefirió las torres de lujo, los hoteles-casinos y los campos de golf, de Manhattan a Bombay.

Además, es un apasionado del espectáculo: le encanta la lucha libre y hasta 2015 fue copropietario de los concursos Miss Universo y Miss Estados Unidos. De 2004 a 2015 animó ""El Aprendiz", programa que fue visto por decenas de millones de telespectadores.

En su carrera, promovió y fue objeto de decenas de demandas civiles vinculadas a sus negocios.

Esta casado con una exmodelo eslovena de 46 años, Melania, quien se ocupa de criar a Barron, el hijo de ambos que ahora tiene 10 años, lejos de los focos y la atención pública.

La pareja vive en un penthouse triple en la cúspide la torre Trump en Manhattan -un verdadero mini Versalles- y se desplaza en un Boeing 757 privado, con su apellido estampado en letras gigantes, el mismo que suele servir de fondo en sus mítines.

Sus hijos mayores, Ivanka, Donald Jr, Eric y Tiffany, son sus principales pilares. Todos se han involucrado al máximo en la campaña de su padre, a quien han defendido hasta la saciedad.