Equipo de la ONU dará seguimiento a crisis nicaragüense desde Panamá

La misión del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) confirmó seguirá dando monitoreo a la crisis en Nicaragua desde la oficina en Panamá, tras el pedido del gobierno de Daniel Ortega para que dejen el país.

"La Oacnudh proseguirá con su labor de monitorear e informar sobre la situación de derechos humanos en Nicaragua de forma remota, de conformidad con el mandato global conferido por la Asamblea General de las Naciones Unidas a la Oficina del Alto Comisionado", dice el anuncio leído por el actual coordinador de la misión, Guillermo Fernández Maldonado.

El equipo de trabajo de la ONU se encontraba trabajando en suelo nicaragüense desde el 24 de junio de este año.

Fernández afirmó que no lo ven como una expulsión, pero que si es claro que la intensión por la que ellos estaban ahí era diferente a lo que quería el mandatario Ortega.

"El gobierno ha interpretado que la invitación pesaba con un alcance distinto, ellos vinculaban como único objetivo el levantamiento de los tranques y nosotros como una contribución a la paz y seguridad del país", afirmó Fernández.

La reacción del presidente nicaragüense ocurrió dos días después de la presentación del informe dado por Oacnudh sobre la crisis en Nicaragua, que niega el discurso oficial de un intento de golpe de Estado y más bien acusa al mandatario de "represión contra un pueblo indefenso".

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No obstante, Ortega calificó al organismo como infame y formalizó una protesta contra el informe.

"Si el torturado es sandinista no existe (…) En sus informes estos asesinados, estos torturados, estos desaparecidos no existen. Los 22 policías asesinados no existen. Para ellos los terroristas golpistas son unos angelitos que no torturaron a nadie, no mataron a nadie", dijo Ortega en una concentración de fanáticos y empleados públicos el pasado miércoles.

Las protestas ciudadanas iniciaron el 18 de abril como oposición a la fallida reforma del seguro social, sin embargo, continuaron pidiendo la salida de Ortega y su esposa Rosario Murrillo, quien es vicepresidenta. Estas manifestaciones han dejado más de 300 personas muertas.