Familias que realizan aislamiento en casas pequeñas son más propensas a sufrir trastornos mentales

El aumento en los casos del nuevo coronavirus COVID-19 ha llevado a muchos países alrededor del mundo a adoptar medidas para que las personas se aíslen socialmente y así reducir los niveles de contagio y el riesgo de infección.

Costa Rica no ha sido la excepción a esta regla y bajo esa misma línea, el ministro de Salud, Daniel Salas, ha sido enfático en que las personas deben evitar salir de sus casas por al menos 15 días, como estrategia para mitigar los efectos del coronavirus en el país.

La aplicación de la medida de aislamiento trae consigo una serie de implicaciones sociales y emocionales para las familias costarricenses, en especial para aquellas que viven en espacios pequeños.

Para Jackie Secades, coordinadora del Colegio de Profesionales en Psicología, existe una gran diferencia entre vivir el aislamiento en una casa grande que en una pequeña con pocas comodidades. En el segundo escenario, la dificultad para mantener la salud mental se incrementa.

“No es lo mismo optar medidas de aislamiento en una casa grande con patio y espacios amplios que en un espacio pequeño donde las comodidades y los espacios personalizados son menores, en este caso las implicaciones del aislamiento son mayores”, afirmó.

Precisamente para manejar la sensación de hacinamiento y la incertidumbre de cuánto tiempo puede prolongarse el distanciamiento, la profesional recomendó que la primer medida que pueden adoptar las familias que viven en espacios reducidos es asignar una zona de la casa -aunque sea pequeña- para que los miembros puedan tener espacios a solas.

“No importa si el espacio es pequeño, para mantener saludable la mente, es fundamental que designemos un espacio de la casa, para que cada uno de los integrantes de la familia puedan tener un momento a solas en determinadas horas del día", aseguró Secades.

Asimismo, recalcó la importancia del apoyo emocional que debe existir entre todos los miembros de la casa para reducir el impacto de la crisis en la salud mental de las familias.

Escuche:La importancia de mantener una buena salud mental

Expertos en salud mental han asegurado que en momentos de aislamiento en espacios pequeños es frecuente que las familias tengan mayores reacciones de estrés, ansiedad, miedo y confusión. “Es normal este pico de alteraciones en las emociones por la situación de crisis que vive el país”, indicó Laura Castillo, presidenta de la Asociación Costarricense de Trastornos Anímicos (Acotar).

Para reducir el impacto del hacinamiento social en la salud mental, la psicóloga aconsejó dedicar tiempo y espacio para meditar. “Pueden hacerse a través de aplicaciones móviles o a través de videos interactivos en internet y no es necesario tener conocimiento previo”, informó.

Bajo esa misma línea, Castillo concluyó que en épocas de aislamiento social los recursos digitales como las redes sociales, aplicaciones para realizar videollamadas o páginas de entretenimiento como Netflix y Youtube, ayudan a potenciar una mejora en la salud mental de las familias.

Por último y en acatamiento con las órdenes establecidas por las autoridades de salud del país, la profesional recomendó a los miembros de las familias -que no tienen perfiles de riesgo- a caminar 20 minutos diarios, para disminuir los niveles de estrés ocasionados por el hacinamiento.

"Correr o caminar siguiendo los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud reduce la incertidumbre provocada por la pandemia del COVID-19, es importante recalcar que esta forma terapia solo puede aplicarse en personas que no tienen un perfil de alto riesgo de contagio", concluyó.