Banderas salvadoreñas y aplausos de orgullo llenaron misa de canonización de monseñor Romero

Las banderas blanco y azul daban cuenta de la alegría y fervor salvadoreño que llenaron la Plaza de San Pedro ante un inédito acontecimiento para los creyentes católicos centroamericanos: una persona nacida en esa región era designada santa oficialmente por el papa Francisco: se trata de monseñor Óscar Arnulfo Romero.

El embajador de Costa Rica en el Vaticano, Marco Vinicio Vargas, fue uno de los espectadores de tal evento y aseguró que de todas las ceremonias a las que ha asistido nunca había visto tantas personas congregadas.

El diplomático destacó la gran cantidad de banderas salvadoreñas en manos de feligreses que viajaron kilómetros para no perderse la cita. Se estima que unas cinco mil personas de esa nacionalidad acudieron.

"Fue muy emotivo, el tiempo ayudó mucho (otoño) para que el acto fuera más especial. El ambiente que se vivía era de mucha alegría. Nosotros estábamos en la parte alta de la plaza de San Pedro y podíamos ver a miles de salvadoreños con sus insignias y rótulos", comentó el embajador.

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El representante tico en el Vaticano destacó un gran cartel que tenía al frente con la frase "la familia de Óscar Romero" con varias personas a su alrededor.

Una de las más emocionadas por el acto fue la esposa del embajador salvadoreño, según relató Vargas, quien junto al diplomático cargaban una bandera de su país que no dejaron de ondear en ningún momento.

A la ceremonia también acudió el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez.

El momento cumbre para Vargas fue cuando el pontífice declaró santo oficialmente al centroamericano.

"Cuando el papa hace el rito de canonización, en ese momento cuando va nombrando frases solemnes y dice a quiénes hace santos y de segundo menciona a Óscar Arnulfo Romero, los aplausos que se oían fue increíble, se sentía la alegría", relató el diplomático.

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El papa Francisco proclamó santos al asesinado arzobispo salvadoreño y al papa italiano Pablo VI. En la misma ceremonia también recibieron ese rito los religiosos Francisco Spinelli, Vicente Romano, María Catalina Kasper, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y al laico Nuncio Sulprizio.