Cannabis medicinal contra el tiempo, diputados corren para aprobar ley antes de extraordinarias

El proyecto que busca permitir el uso de la cannabis medicinal y la producción de cáñamo aún no ve la luz en el Congreso a pesar que fue dictaminado en la Comisión de Ambiente hace un año.

La iniciativa (expediente 21.388) de la diputada independiente Zoila Volio aún tiene pendientes de conocer 66 mociones de reiteración en la Comisión de Ambiente, antes de pasar al Plenario para su aprobación en primer y segundo debate.

Volio y otros diputados de oposición insisten que el proyecto debe estar aprobado antes que finalice octubre, esto porque a partir del 1 de noviembre inicia un nuevo periodo de sesiones extraordinarias, donde es el Poder Ejecutivo quien maneja la agenda del Congreso y que se extiende hasta el 31 de enero del 2022.

El temor es que el Gobierno vuelva a engavetar la propuesta, como ya lo estuvo ocho meses en las extraordinarias anteriores.

La administración ha dicho que no está a favor del uso de la cannabis. Aunque sí avala la producción de cáñamo, tampoco impulsó esa medida cuando manejó la agenda.

¿Dará tiempo?

Este miércoles la Comisión de Ambiente, que preside la diputada oficialista Paola Vega, no pudo sesionar debido a un problema técnico del edificio del Congreso que impidió la transmisión de la sesión.

El frenteamplista José María Villalta, dijo tras consulta de AmeliaRueda.com que entre las fracciones buscan llegar a un acuerdo para agilizar el trámite de las mociones pendientes.

Señaló que una opción es realizar una sesión extraordinaria la próxima semana y antes negociar cuáles mociones se podrían conocer y cuáles serían retiradas.

Reconoció que entre las 66 mociones presentadas no hay “intereses obstruccionistas” contra el proyecto, es decir, presentar mociones repetitivas sobre un mismo punto solo con el fin de alargar el proceso, sino que hay algunos temas pendientes de resolver en la futura ley.

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Por ejemplo, definir si se incluye un impuesto del 1% sobre las utilidades que respalda la diputada Vega y que serviría para dar acompañamiento a las instituciones que deben dar sustento a la ley.

Por otra parte, que Seguridad Pública pueda hacer labores de inspección y control.

También la diputada liberacionista Karine Niño ha presentado mociones sobre el manejo de las licencias, que buscan evitar que grupos (grandes) concentren la producción de la cannabis medicinal.

Otro planteamiento, de la socialcristiana María Inés Solís, propone que se permita un autocultivo de hasta tres plantas a pacientes autorizados.

Lo cierto es que el tiempo corre y a setiembre sólo le queda un día de sesión ordinaria de la Comisión de Ambiente la próxima semana y en octubre otras iniciativas podrían ejercer presión y acumular tiempo como la de empleo público y el presupuesto ordinario.

¿Se podrá aprobar el proyecto antes de las extraordinarias?

“Creo que sí se puede si hacemos un esfuerzo extraordinario”, respondió Villalta.

Se quiso conocer la posición de la diputada Vega y de la verdiblanca Paola Valladares, también integrante de la comisión, pero no respondieron las llamadas al cierre de esta nota.

El proyecto sólo permite el uso de la cannabis para fines medicinales y no para el autoconsumo.

Un estudio de 2018 de la firma Deloitte, en Canadá, suministrado por la proponente, da cuenta de que el cannabis medicinal es legal en 21 países del mundo. Además, afirma que tiene un mercado de 770 millones de personas, de las cuales una mitad viven en países que permiten su importación. Apenas Uruguay, México, Canadá y 16 estados de Estados Unidos han aprobado el uso recreacional del cannabis en América.

Datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) señalan que las cadenas de valor del cáñamo alcanzaron ventas globales por más de $5.700 millones para 2020 y las proyecciones disponibles sugieren un crecimiento de más de $14.400 millones para 2025.