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Las cifras de ingreso tributario decrecieron a los niveles de 2016, pese a que se aprobó una reforma fiscal recién en diciembre de 2018.

Pandemia provocó un retroceso de casi cuatro años en recaudación tributaria

​Pese a la caída en sus ingresos, Hacienda afirma que el déficit fiscal evoluciona "según lo proyectado" y mantiene su estimación anual 9,3% del PIB como brecha

20/10/20 | 13:56pm

Los efectos recesivos provocados por la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ocasionaron un retroceso de casi cuatro años en la recaudación tributaria hasta el mes de septiembre de este 2020.

Así lo informó el Ministerio de Hacienda en su recuento de cifras fiscales de hasta el tercer trimestre del año, según el cual se calculó que los ingresos tributarios decayeron a niveles similares a los de 2016.

Hacienda detalló que hasta septiembre del 2016 los ingresos tributarios alcanzaron los ¢2.9 billones, mientras que hasta el mismo mes de este año se logró recaudar apenas ¢3.03 billones.

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La caída en la recaudación de impuestos ocurrió incluso a pesar de que el país empezó a implementar nuevos impuestos, incluida la transformación del Impuesto de Ventas al Impuesto al Valor Agregado (IVA), a mediados de 2019.

A pesar de que en 2019 se aplicaron solo parte de los nuevos impuestos durante la segunda mitad del año, los ingresos tributarios fueron hasta un 11,46% más altos hasta septiembre de ese período (¢3,42 billones). Es decir, la recaudación fiscal hasta septiembre de 2020 sufrió un agujero de más de ¢392.000 millones hasta el momento.

La caída estimada para este año entre los impuestos que se preveía recaudar a inicios del 2020 y los que finalmente se recaudarían con los efectos de la pandemia del Covid-19 es de ¢1,156 billones, según la última certificación presupuestaria avalada por la Contraloría General de la República.

Además de los efectos recesivos de la emergencia sanitaria en sí misma, la Asamblea Legislativa aplazó por otro año la entrada en vigencia del IVA a los sectores turismo y construcción, y analiza otros proyectos que golpearían las arcas estatales como una rebaja en el pago del marchamo de hasta un 50% para los vehículos con un costo inferior a los ¢20 millones (y tramos reducidos del 20% y del 5% en adelante).

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Se mantienen proyecciones

Pese a la caída en la recaudación tributaria, Hacienda sostiene sus proyecciones fiscales para el año 2020. Hasta septiembre, registró un déficit fiscal (gastos menos ingresos) del 6,75% del PIB y espera que para finales de año sea del 9,3% de la producción.

La entidad además informó que el déficit financiero primario (sin contar el pago de intereses) fue del 2,69% del PIB hasta septiembre; mientras que las proyecciones son que alcance un 4% al cierre del año.

Las estimaciones se sostienen desde mediados de año y el Ejecutivo confía en que la evolución del desequilibrio fiscal avanza "según lo proyectado".

En esa línea, el ministro Elian Villegas subrayó que las cifras incluso motivan al Ministerio a realizar esfuerzos para cerrar con un indicador menor al esperado. "Este Ministerio visualiza que el logro de la proyección financiera de un déficit del -9,3% del PIB, al final del presente año, es factible; e incluso nos alienta a tomar acciones para cerrar en una cifra menor a la proyectada", indicó el jerarca en comunicado de prensa.

Antes de la pandemia del nuevo coronavirus, el Gobierno estimaba un déficit fiscal del 6,2% del PIB y una caída primaria (sin intereses) del 1,3% del PIB; es decir, la caída en ingresos estatales y los nuevos gastos alteraron las proyecciones en más de tres puntos porcentuales, pese a la realización de recortes presupuestarios y otras medidas de contención que se tomaron este 2020.

El desequilibrio golpea con especial fuerza a un cumulado de la deuda pública que ya alcanza el 66,92% del PIB y que cerrará 2020 por encima del 70%: hasta 20 puntos porcentuales por encima de lo que se considera sostenible para economías emergentes como la costarricense.

Si no se realizan reformas estructurales en materia de impuestos, gasto o productividad, el panorama es todavía más sombrío para 2020. Aún con las proyecciones de recuperación económica, en caso de que la pandemia reduzca sus efectos, se espera que el país enfrente un déficit cercano al 10% del PIB y acumule endeudamiento por encima del 80,5% de la producción, ante las obligaciones ya adquiridas y los ingresos fiscales todavía deprimidos.

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