Desempleo,Pandemia,Covid-19,Coronavirus
Los números de desempleo se duplicaron durante los primeros tres meses de la pandemia.

230 mil puestos de trabajo menos: el golpe de la pandemia más allá del desempleo

La tasa de desempleo se llegó a duplicar en medio de la pandemia del nuevo coronavirus; sin embargo, los registros del INEC dan cuenta de que no es un fenómeno estacional. Se perdió potencial de trabajo.

03/03/21 | 09:32am

Más allá de la tasa de desempleo, que llegó a alcanzar un histórico 24% en el segundo semestre de 2020, el primer año de la pandemia del SARS-CoV-2 dejó un hueco de 230 mil personas ocupadas menos.

Así lo evidencia una comparación interanual entre los últimos trimestres de 2019 y de 2020, según los resultados de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

En total, el país registró 1,95 millones de personas ocupadas hasta diciembre de 2020, 230 mil menos que en el año anterior y 212 mil menos que el trasanaterior.

La cifra es dura y, según la investigadora del Instituto, María Luz Sanarrusia, comprueba que el fenómeno dejó un problema duradero que va más allá del mero desempleo estacional. "Esto comprueba que es algo más estructural, en el sentido de que no es una coyuntura que va pasando porque se cerró tal actividad o hay menos acción en comercio. Es una cuestión de pérdida de empleos", comentó.

La pérdida de puestos para personas ocupadas se concentró en los sectores más golpeados de la economía por la emergencia sanitaria y sus medidas de contención. Por ejemplo, solo tres actividades acumularon más de 100 mil personas ocupadas menos hasta diciembre de 2020: el comercio y la reparación (34 mil personas), la hotelería y los restaurantes (24 mil personas) y el trabajo con hogares como patronos (45 mil personas).

"Se nota la diferencia en las calificaciones medias, en el comercio, en aquellas actividades en las que se tiene cierto adiestramiento para hacer una labor, con algo de experiencia. Ellos fueron los que más perdieron", explicó Sanarrusia.

Esta perdida de empleos fue inevitable con los cierres de operaciones de distintos sectores por falta de demanda o por restricciones sanitarias, especialmente las más fuertes, que se aplicaron al inicio de la pandemia, en el segundo trimestre del 2020.

Esas restricciones golpearon principalmente a actividades que antes daban por descontadas sus utilidades, incluido un sector turismo que apenas empieza a repuntar con la apertura de fronteras internacionales; y otros que más bien dependen del consumo interno, como el comercio o el trabajo doméstico.

Alejandro Villalobos, por ejemplo, recordó en entrevista con AmeliaRueda.com que fue despedido de su trabajo en un reconocido hotel capitalino cuando apenas arrancaba la pandemia, cuando se anunciaron los cierres temporales de operaciones en espacios cerrados. Villalobos se desempeñaba como parte del staff del spa en el hotel y solo se reintegró al mercado laboral como trabajador independiente, meses después de su despido. Esa suerte, reconoce, no es la misma que tuvieron todos sus excompañeros y excompañeras de trabajo.

"El hotel despidió al 90% del personal, hizo una reunión en las salas de conferencia y despidió casi a los 400 empleados que tenía. En mi caso a mediano plazo me vino a beneficiar, pero sé que no a todos les pasó igual", comentó.

El terapeuta físico explicó que logró subsistir sin trabajo por unos dos o tres meses a expensas de sus ahorros y del bono "Proteger" que giró el Gobierno a personas afectadas laboralmente por la pandemia, pues no fue la única persona de su núcleo familiar afectada por la emergencia. "Solo mi hermano trabaja en call center y pasó ocho ocho meses sin trabajo. Estaba fuera del país, regresó y hasta hace poco encontró espacio", subrayó.

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El perfil del desempleo

Más allá de generar grandes distorsiones, el desempleo provocado por la pandemia profundizó problemas que ya eran estructurales.

Así lo subrayó el presidente del Banco Central (BCCR), Rodrigo Cubero, el pasado 26 de febrero en una conferencia organizada por la Asociación Bancaria Costarricense (ABC); en la que llamó la atención sobre la necesidad de que el país abarate sus costos de contratación para superar niveles de desempleo que igualmente ya eran altos y superaban los dos dígitos desde antes de la emergencia.

Sí. El desempleo casi se duplicó con la llegada del nuevo coronavirus; pero Costa Rica ya enfrentaba una tasa del 12,5% al primer trimestre de 2020 antes de ello.

Según explicó la investigadora Sanarrusia, la pandemia solo ensanchó las cifras de desempleo y lo hizo especialmente para los grupos históricamente más golpeados: jóvenes, mujeres y personas menos capacitadas académicamente.

En términos etarios, de los 237 mil nuevas personas desempleadas en el primer trimestre de la pandemia, 67 mil correspondieron a personas de entre 25 y 34 años. "Y esto es muy importante porque uno esperaba que esta gente estuviera ocupada, pero en realidad son las personas que perdieron el trabajo", explicó la funcionaria.

En cuanto al nivel educativo, el panorama mantuvo la tendencia histórica de castigar más a aquellos sectores menos calificados (sin formación universitaria alguna); los cuales representan tres cuartas partes del grueso de la población que busca y no encuentra trabajo.

El desempleo también castigó a la población universitaria (con o sin título), con más de 40 mil personas que se sumaron al desempleo solo en el primer trimestre de la pandemia; sin embargo, dicha cifra no solo fue menor en proporción al total de nuevos desempleados (un 15%), sino que además registró una mayor recuperación hacia finales de año.

"En términos generales, hay una estructura diferente en la población desempleada", explicó Sanarrusia. "Esto no significa que no todos estén afectados, pero sí se ha visto una afectación en el grupo de 35 a 44 años, porque son las personas que más perdieron su empleo", detalló.

En cuanto a la población de mujeres, Sanarrusia explicó que los número también ensancharon su exclusión laboral ya de por sí histórica. Su tasa de desempleo creció 8,5 puntos porcentuales y alcanzó un 25,2% a diciembre de 2020; mientras que en el caso de los hombres aumentó 6,8 puntos y llegó a un 16,4% en el mismo período.

También fueron más golpeadas en la tasa de subempleo —personas que trabajan menos de 40 horas y quisieran aumentar su carga laboral—; pues en hombres la tasa aumentó 10,8 puntos y alcanzó un 19,7% a diciembre de 2020; mientras que en mujeres creció 13,2 puntos y llegó a un 27,7% de las mujeres ocupadas laboralmente en el mismo tiempo.

Tal fue el caso de Leyla Siles, quien trabaja en labores domésticas y vio como sus clientes se redujeron de cinco a solo un hogar en medio de la emergencia sanitaria. "Al inicio de la pandemia iba solo a un lugar, pero ahora se ha venido recuperando poco a poco, hasta en julio se empezó a recuperar (...) antes, el único ingreso era el de mi pareja, que también trabaja", comentó.

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¿Soluciones?

Pese a que los indicadores de desempleo ya se redujeron de un 24% en junio de 2020 a un 20% para finales de ese mismo año, las cifras siguen siendo extremadamente altas para Costa Rica. Para poner ese 20% de desempleo en contexto, el promedio del indicador en la década antes de la emergencia era de un 10%: la mitad.

En medio de ese panorama, las autoridades han sostenido que se espera una recuperación cíclica pospandemia, producto de un mayor dinamismo de las actividades económicas.

También han apuntado a programas de capacitación públicos, incluido el programa Empléate, del Ministerio de Trabajo, que otorga recursos para apoyar la capacitación técnica de personas en el rango de 17 a 24 años, preferiblemente, que no estudian ni trabajan.

Asimismo, el Gobierno impulsa un fondo de avales por hasta ¢180.000 millones, financiados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), para que empresas puedan justificar nuevos créditos o readecuaciones, siempre y cuando se comprometan a mantener o recuperar sus niveles de empleo de antes de la emergencia. No obstante, ese proyecto se anunció desde mediados de 2020 y su tramitación aún está en estudio de la Comisión de Asuntos Hacendarios del Congreso.

En su momento, el Ejecutivo planteó la idea de extender el otorgamiento de bonos 'Proteger' para la población afectada laboralmente por la emergencia; sin embargo, desistió de ello por falta de contenido presupuestario. La intención del Ejecutivo era utilizar un crédito por $245 millones que ofrecía el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para ofrecer esos bonos, nuevas becas del programa Empléate y subsidios de empleo para el sector turismo. No obstante, la operación de financiamiento fue rechazada por el Congreso ante imprecisiones en el contrato de préstamo, relacionadas con las facultades de uso de los recursos.

En contraste con la contracción económica del 4,5% que registró el país en 2020, el BCCR estima que la economía costarricense puede crecer un 2,6% este año. Asimismo, espera u crecimiento aún más pronunciado en 2022. Según explicó Rodrigo Cubero, como jerarca del BCCR, esto implica que el país recuperaría sus niveles de producción prepandemia hasta mediados del próximo año, siempre y cuando la emergencia sanitaria y las condiciones financieras del país, amenazadas por el desequilibrio fiscal del Estado, lo permitan.

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