Ministra de Comunicación despidió a asistente que expresó intención de denunciarla por acoso laboral

El pasado 17 de agosto, cinco días después de acudir a la oficina de recursos humanos de Casa Presidencial a denunciar verbalmente por acoso laboral a la ministra de Comunicación, Patricia Navarro, la asistente personal de dicha jerarca fue despedida bajo el argumento de que su puesto era de libre remoción por ser de confianza.

La ahora exfuncionaria en cuestión, llamada Karina Segura, relató este jueves a AmeliaRueda.com que el viernes 12 de agosto le pidió al jefe de Recursos Humanos de Presidencia, Miguel Goñi, abrir un espacio para comentarle sobre las situaciones que había venido sufriendo en las semanas anteriores. Según su relato, ese día él la recibió inmediatamente en su oficina para hablar al respecto.

Si bien Goñi evitó referirse a este asunto en una llamada telefónica con este medio el 19 de agosto, posteriormente le confirmó a la exasistente de Navarro, vía correo electrónico con fecha del 24 de agosto, que el día 12 de ese mes ella se había presentado a su oficina y que "en dicha conversación" ella consultó "sobre el procedimiento para presentar una denuncia por acoso laboral".

El jefe de Recursos Humanos de Presidencia remitió esta respuesta a Segura después de que ella le solicitara una copia de su expediente que incluyera "el precedente de la denuncia verbal por acoso laboral que sufrí por parte de la ministra de Comunicación, Patricia Navarro; situación que expuse ante usted el día viernes 12 de agosto, alrededor de las 2 p.m.". Este medio tiene copia de dicha correspondencia.

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La respuesta de Goñi confirma que Segura acudió a la oficina de Recursos Humanos a pedir orientación para interponer la denuncia por acoso laboral pocos días antes de ser removida de su puesto de confianza. La ministra Navarro dijo este jueves a este medio que no dará declaraciones al respecto, después de que el pasado 19 de agosto afirmara que no estaba enterada de ninguna denuncia.

Segura fue despedida la misma semana que el Ministerio de Comunicación cesó a los periodistas Natalia Salas y Jaime Sibaja, quienes no quisieron dar declaraciones tras su salida de Presidencia. En total, desde que inició el Gobierno de Rodrigo Chaves, el pasado 8 de mayo, esta cartera ha realizado seis despidos de puestos de confianza, según confirmó la ministra en una llamada telefónica el 19 de agosto.

Navarro manifestó en esa ocasión que la última serie de ceses en el Ministerio responden a la necesidad de una "reestructuración" del equipo de trabajo. Se refirió a los dos periodistas y a su exasistente como "excelentes trabajadores", y ante la pregunta sobre posibles denuncias afirmó que "siempre hay diálogo constante con todo el equipo" y que se busca que "todos como equipo vayamos a la misma meta".

Tras llamadas de este medio a Recursos Humanos, la directora general de Casa Presidencial, Hellen Morales, explicó vía telefónica el 22 de agosto que no había constancia de ninguna "denuncia por acoso laboral en trámite". Morales confirmó que Goñi, tras una llamada de AmeliaRueda.com, le habló de un presunto caso de acoso laboral pero sin que hubiera una denuncia formal, y que eso es todo lo que sabía.

Abogados laborales consultados para este artículo explicaron que, pese a tratarse de puestos de confianza, dependiendo de los detalles de este caso podría plantearse una denuncia judicial ya sea por discriminación o por cese abusivo. Dada la sucesión de eventos, los letrados argumentan que todo apunta a que fue despedida precisamente porque tenía la intención de denunciar acoso laboral.

"Ambiente tóxico"

Karina Segura cuenta que ella fue contratada como asistente personal de Patricia Navarro. El nombre técnico de su puesto era Asistente Presidencial C. Su trabajo, al inicio, consistía en ser la mano derecha de la ministra, incluyendo funciones como llevarle la agenda, encargarse de trámites, acompañarle a reuniones y tomar nota, coordinar encuentros y estar al tanto de todo lo que acontecía en el despacho.

El puesto de asistente personal se prestó para otras funciones, como por ejemplo que Segura fuera a supermercados y farmacias a hacer compras personales de la ministra. Segura se refiere a estas como "todo ese tipo de cosas que uno hace por su jefe". Tras más de un mes de realizar con tranquilidad estas diferentes labores, la exfuncionaria de Presidencia relata que empezó a sentirse discriminada.

La ministra "me empezó a aislar completamente de las funciones primordiales que ella me había adjudicado" y "empezó a tratarme diferente, a pedirme que hiciera actividades que no iban acorde a mi formación y a mi puesto, que no hubiesen estado mal si no hubiesen sido recurrentes y si no me hubiese quitado las demás funciones", manifestó Segura en una conversación telefónica este jueves.

Su versión es que Navarro redujo sus funciones a cosas como servir el café en reuniones a las que antes hubiera sido invitada o preparar bocadillos para conferencias de prensa, mientras le ocultaba aspectos relevantes de su agenda (que ella en teoría tenía que llevar) e incluso pasó de haberle dado su firma digital para consignar documentos a retirársela, haciendo engorrosas partes de su trabajo que la necesitaban.

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"Ya yo obviamente no era parte de las reuniones internas de jefaturas. Básicamente, no participaba en nada; yo estaba en mi oficina reducida a revisar correos y atender llamadas". Pese a que la había vaciado de funciones, la ministra supuestamente se enojaba si Segura se iba a la hora que acababa su turno. La exasistente asegura que Navarro exigía que su equipo trabajara siempre 12 horas diarias.

Segura afirma que en el Ministerio de Comunicación había un "ambiente laboral tóxico" que era propiciado por la propia ministra. Ella se sentía "invisibilizada" al propio y narra que "yo siempre llegaba con miedo" a la oficina y que cuando decidió denunciar ante Recursos Humanos fue porque ya psicológica y emocionalmente la situación era insostenible.

"Ella siempre esperó que yo estuviese 12 horas ahí haciendo nada", continuó la exfuncionaria de Presidencia, que además aseguró que en una situación similar estaban otros empleados de confianza del Ministerio de Comunicación. "A mí, me dejó ahí, en la esquinita, donde tal vez hiciera cosas demasiado básicas para no verme involucrada en lo que hacía antes", dijo Segura.

Nada de lo que manifestó la exasistente pudo ser contrastado con la ministra, que decidió no referirse al tema. Segura tiene previsto denunciar su despido ante otras instancias.

Despido tras denuncia

Está confirmado por el jefe de Recursos Humanos, Miguel Goñi, que el 12 de agosto en la tarde tuvo una conversación larga y tendida con Karina Segura en la que ella dio detalles sobre todo lo que había pasado que a su juicio constituía un caso de acoso laboral. "Le dije que quería hablarle de un tema de acoso laboral de la ministra hacia mí y que necesitaba que me guiara", narró.

Segura quería que Goñi le dijera "si iba a ser una causa perdida o no, porque yo entendía dónde estaba metida y no sabía a qué instancias podía ser defendida o no". Ella le dijo que "me sentía súper mal porque yo sentía el ambiente tóxico, que yo sentía que ella ya no me tenía confianza, que me discriminaba, que me hablaba feo, que me asignaba funciones tal vez como para denigrarme y se notaba que lo hacía con intención".

La reunión habría terminado con la entonces asistente de la ministra "llorando porque ya estaba muy afectada psicológicamente". El jefe de Recursos Humanos le habría recomendado dos cosas: ir a la oficina de psicología de Presidencia y presentar la denuncia de forma escrita; cosas que no pudo hacer porque a los cinco días fue cesada.

"Él me pidió que para poder ya abrir un expediente, un caso de investigación, tenía que presentarle un documento escrito con todo lo que le había dicho", recordó, explicando que para cuando la despidieron todavía seguía redactando ese texto. La reunión fue un viernes, el siguiente lunes fue feriado y el martes Karina Segura trabajó con cierta normalidad mientras siguió avanzando con la denuncia escrita.

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Según sus declaraciones, el miércoles 17 de agosto en la mañana sintió "el ambiente tenso" y notó que Goñi llegó al despacho de la ministra y se reunió en su oficina. En esa reunión estuvieron presentes otras personas del Ministerio. Ella dice que duraron dos horas hablando, mientras ella suponía que la iban a despedir, porque el jefe de Recursos Humanos no estilaba reunirse con la ministra, así que le parecía raro.

"Faltando 15 minutos para las 12" del mediodía, la llamaron a la oficina de la ministra para comunicarle que por la tarde sería cesada. Según la exasistente, Navarro se habría limitado a repetir que su puesto era de confianza y de libre remoción, sin entrar en detalles. Y en efecto: ese día por la tarde el mismo Goñi le entregó la carta de despido y, según Segura, le dijo que iba a estar atento a futuros casos de acoso.

"Obviamente, no hay que ser muy ducho para darse cuenta de que él [Goñi] probablemente fue y les anunció mi denuncia a la ministra y a estas otras personas en esa reunión de casi dos horas que tuvieron, y ya al rato me llamaron y me despidieron", concluye la exfuncionaria, quien no había trabajado antes en el sector público y tenía poca claridad con respecto a los procesos internos en el Estado.

Uno de los abogados consultados para este artículo, José Luis Campos, experto en derecho laboral, señaló que este es un aparente caso de "despido totalmente arbitrario" en donde cabe preguntarse por qué la exasistente no había perdido la confianza de la jerarca antes de que ella fuera a hablar sobre un posible caso de acoso laboral con el jefe de Recursos Humanos.